¿Sabíais que la #lamprea que se pescaba en el Miño se llevaba en vasijas para que la disfrutaran los emperadores en Roma? ¿Y que los romanos los romanos tenían una especie de primitivas piscifactorías en el Miño? En esta sección que hoy empieza, titulada #CuriosidadesLamprea, trataremos de contaros cosas estas desde el blog de Obrador de Lamprea.
Según un reciente artículo de R. Romar para la Voz de Galicia, un análisis de los sedimentos de una "pesqueira" de As Neves ha permitido recuperar la historia perdida de unas construcciones que pueblan distintas zonas del Baixo Miño. Gracias al estudio se han sacado a la luz los datos ocultos de las
pesqueiras, una suerte de trampas en el río en forma de bloques que se
utilizaban para desviar el agua y cercar a los peces, lo que facilitaba
su captura en abundancia. Galicia estaba plagada de este tipo de
construcciones, una especie de cetáreas de río o antiguas piscifactorías
cuyo origen se remonta a los romanos, que las levantaron
fundamentalmente en el curso bajo del Miño.
Galicia, por aquel entonces, no solo suministraba
oro y otros minerales a Roma, sino que también abastecía de pescado en
salazón, tanto de mar como de río, a las mesas de las familias
acomodadas. El propio Plinio el Viejo relata en su Historia Natural
que las lampreas del Miño eran llevadas en vasijas hasta Roma, donde
probablemente también acabaron en el paladar de los emperadores.
Sobre
esta parte de la historia, continúa el artículo, existen testimonios de las pesquerías, pero
ahí se acaba el relato en un lapsus temporal que duraba hasta el siglo
XI. ¿Cesó la actividad de las pesquerías durante esa época? Una
investigación realizada con financiación de la Xunta por la Universidade
de Santiago y el Instituto de Xeoloxía Isidro Parga Pondal de la
Universidade de A Coruña revela ahora que no, que este antecedente de la
acuicultura moderna, salvando las distancias, se mantuvo en el tiempo.
El misterio de la salsa «garum»
Lamprea, anguilas, trucha y salmón eran las
principales especies pesqueras de río que se suministraban a los
comedores romanos, tanto por mar como por tierra. No había ningún
problema de conservación porque los romanos eran también unos auténticos
expertos en la salazón. Esta técnica se conoce bien, pero lo que sigue
siendo un misterio es el contenido exacto de la salsa que utilizaban a
partir del pescado, la famosa «garum». «Hay distintas teorías sobre su
fabricación, pero no se conoce realmente cómo fue. Lo que se sabe es que
el pescado tenía que estar en pozos con sal y vinagre y algunas
especias. Galicia se especializó en esta producción», explica Ana Goy,
doctora en Historia del Arte en la USC.
Fuente:http://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2014/11/23/lamprea-mino-emperadorel-misterio-salsa-garum/0003_201411G23P32991.htm
Foto: UDC
Foto: UDC
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