Además de #lampreeiros, en esta casa somos muy de #bacalao. Es un pescado que nos encanta tanto por su versatilidad en la cocina como por el tiempo que lleva entre nosotros. Durante siglos, el bacalao fue considerado un plato de pobres. Era abundante y, gracias a la salazón, podía conservarse durante meses sin echarse a perder, por lo que podía transportarse largas distancias sin problemas. Pero, en pleno siglo XXI, el desarrollo de la gastronomía ha elevado a este modesto pescado a un nivel culinario superior, sobre todo gracias al que, para la mayoría, es el mejor bacalao del mundo. ¿Conoces la historia del bacalao Skrei? Nosotros te la contamos...
Entre enero y abril, el bacalao tiene un momento gastronómico cumbre en Noruega, pues se produce el “milagro del del bacalao Skrei”, el periplo marino de un cotizado pescado cuyo nombre significa literalmente “El Nómada”, en la antigua lengua noruega.
Cuando este pescado alcanza entre los cinco a siete años de edad y su peso supera los dos kilos, el bacalao ártico (Gadus Morhua) siente la necesidad deabandonar las gélidas aguas del mar de Barents y migrar hacia el suroeste, hacia las islas Lofoten, inexplicablemente el lugar exacto donde nació (por ello se denomina “el milagro”).
El Skrei noruego, tiene fama de ser el mejor bacalao del mundo. Obtiene sus mejores virtudes de las condiciones naturales que lo rodean: mientras las aguas frías del mar de Barents favorece la carne mas sabrosa, el continuo movimiento de las corrientes que lo llevan a las islas Lofoten la hacen más consistente.
El bacalao Skrei se diferencia de otros por ser mas alargado, delgado y poseer una carne más firme y tierna. Es la perfecta materia prima, que según confiesan los grandes chefs asegura el 90% del éxito en las grandes cocinas.
Curiosamente, a pesar de ser mejor pescado que el bacalo convencional, es mucho más barato debido a que es muy abundante durante su temporada. El skrei cuesta entre 7 y 9 euros el kilo mientras que el precio del bacalao procesado suele oscilar entre los 15 y los 25 euros el kilo dependiendo de la parte que se compre (las migas son más baratas mientras que, por ejemplo, los lomos son más caros).
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